El aumento de temperatura, además de lluvias erráticas y discontinuas, disminuye el crecimiento de algas para la coloración, experto de la UNAM.
Ciudad de México; 07 de febrero de 2022.
De acuerdo con el profesor de la Facultad de Ciencias (FC) de la UNAM, Eberto Novelo Maldonado, el cambio climático está afectando el “color” de los muros de los monumentos arqueológicos de Chiapas, principalmente los ubicados en las zonas mayas.
«Antaño era común encontrarlos completamente verdes o rojos, incluso negros. Ahora están desnudos”, aseguró.
Además de darles color, las especies de algas que viven en las edificaciones prehispánicas las protegen de la humedad. Hay una correlación entre la disminución gradual del crecimiento de estas plantas y los datos climáticos de la región, apuntó el doctor en Ciencias.
Sucede que el aumento de la temperatura y una temporada de lluvias indefinida (ahora son “erráticas, intensas y discontinuas”) causan que el intemperismo físico afecte más a los monumentos arqueológicos.
«Antes tales efectos eran atemperados por las algas, que evitan el golpeo de la lluvia, absorben y mantienen un gradiente permanente de humedad”, señaló el académico.
Además, al cesar las precipitaciones y aumentar la temperatura, ocurre una evaporación súbita y poco a poco se presentan fracturas en las construcciones. Las juntas de las rocas, principalmente de estuco, son atacadas directamente por el “intemperismo climático”.
De hecho, en el sureste mexicano hay construcciones elaboradas con roca caliza que podría disolverse con demasiada agua. Sin embargo, hasta ahora, las inundaciones no han afectado zonas arqueológicas importantes o con afluencia turística.
Por otra parte, en las regiones áridas el cambio climático y el viento que lleva arena, arenisca o partículas orgánicas, las degrada al golpearlas.
«En las zonas tropicales eso no ocurre gracias a la cobertura vegetal, y en zonas más abiertas, como Teotihuacan, no hay vientos extremadamente fuertes que erosionen continuamente las pirámides del Sol y de la Luna, así como otras edificaciones”, explicó.
Los protocolos especiales que se aplican para la conservación de estos vestigios tienen el fin de evitar el deterioro causado por algas, hormigas, murciélagos, gusanos, incluso turistas que los tocan y engrasan.
Con información de UNAM.